SOLO O ACOMPAÑADO.TÚ DECIDES.

SOLO O ACOMPAÑADO.TÚ DECIDES.

Érase una vez una bruja que era muy fea. Nadie la quería. Vivía en la época de los griegos, en un palacio muy bonito y muy grande. Todo el mundo la odiaba. Ella tenía un gato y peces en su casa.
Un día cualquiera, cuando se levanta, lo primero que hace es echar de comer a sus peces, pero hoy no estaban en la pecera. Para Antonia (la bruja) eran muy importantes sus peces. Se dio cuenta que el gato Micifú se los había comido.
Al día siguiente va a la tienda a comprar peces. Cuando llega al palacio mete los peces en la pecera. Le duran mucho.
Semanas más tarde, alguien llama a la puerta del palacio. Cuando abre la puerta es su hija Azucena que viene a traerle unos zapatos por su cumpleaños.
Antonia, había abandonado a todos sus hijos, pero Azucena aun le tenía mucho cariño.
Cuando Azucena se va, encuentra a Micifú inmóvil como muerto, a Antonia le daba igual, estaba deseando deshacerse de él. Lo sacó fuera de casa.
Esa misma tarde se va a comprar, y como siempre va en monopatín. Toda la gente la mira mal. Cuando está volviendo al palacio, ya con la compra hecha, se cae del monopatín, se le caen todas las bolsas al suelo y ella se pone a llorar. Cuando llega al palacio andando, tiene la pierna morada y muy gorda.
Va al hospital y le dicen que tiene el fémur roto. Le mandan reposo. Antonia es muy vieja, tiene 83 años, el próximo mes cumple 84. No se puede mover, Azucena pasa el día y la noche junto a su madre, ella se ocupa de todo lo que necesita.
Pero dos día más tarde, Antonia muere, su hija es la única que la va a echar de menos. Azucena se lleva los peces a su casa y el palacio queda abandonado.
Este cuento nos enseña que la gente como Antonia (mala) puede acabar sola en la  vida, mientras que la gente como Azucena (amable) nunca estará sola.

SONIA (6º PRIMARIA)